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Muchas veces nos dejamos llevar por ciertas creencias sobre la diabetes; informaciones que llegan a nuestros oídos y que carecen de todo fundamento científico. La manera de combatir estas falsas creencias es estar bien informado, resolver todas las dudas que se tengan con los profesionales de la salud y seguir un buen plan educacional
. Aqui les comparto un decálogo sobre mitos y falsas creencias sobre la diabetes:
. Aqui les comparto un decálogo sobre mitos y falsas creencias sobre la diabetes:
1. Considerar la diabetes como una enfermedad grave: Uno de los primeros mitos que debemos derribar es este. La Diabetes es una enfermedad de carácter crónico que se tiene que tomar en serio, pero si la persona lleva un buen control de sus niveles de azúcar en sangre, a través del cumplimiento de su tratamiento farmacológico, manteniendo una alimentación sana y realizando ejercicio físico regularmente, podrá disfrutar de los placeres de la vida como cualquier otra persona. Todo se resume en llevar de forma responsable el autocontrol de su enfermedad.
2. La obesidad siempre deriva en diabetes: El aumento de peso es un factor de riesgo para la diabetes, pero existen otros, como los antecedentes familiares, el sedentarismo o una dieta poco sana, entre otros, que también juegan un papel determinante. La mayoría de personas con sobrepeso no tiene por qué desarrollar diabetes tipo 2 y, sin embargo, hay muchas personas con peso normal que sí la desarrollan.
3. Si se tiene diabetes no se puede practicar deporte: En ningún caso la diabetes supone un impedimento para realizar deporte. Se puede realizar actividad física regular, pero siempre siguiendo las recomendaciones, en cuanto a frecuencia e intensidad, de tu equipo médico, que es quien mejor conoce tu estado de salud y la evolución de tu diabetes. De hecho, el ejercicio físico, combinado con una dieta saludable y equilibrada, es muy importante para el control de la diabetes (en especial, de la diabetes tipo 2).
4. Tener diabetes significa que el cuerpo no fabrica insulina: Si bien es cierto que en la diabetes tipo 1 el páncreas deja de producir insulina por completo, las personas que desarrollan diabetes tipo 2, que es el tipo más común de diabetes, producen suficiente insulina. El problema es que su insulina no funciona correctamente y no es capaz de hacer que las células del cuerpo absorban la glucosa de los alimentos que se consumen.
5. Las inyecciones de insulina son dolorosas: Actualmente, las plumas de insulina usan agujas ultrafinas que llevan recubrimientos extra suaves, por lo que apenas producen dolor. Se recomienda, además, inyectarse en áreas como el abdomen o la zona de alrededor del ombligo, ya que no tienen muchos nervios y reducen enormemente la posibilidad de experimentar molestias de ningún tipo.
6. Comer demasiado azúcar causa diabetes: Una dieta alta en azúcares no tiene por qué causar diabetes, aunque se sabe que si una persona tiene predisposición hacia la enfermedad (por otros factores de riesgo asociados) y consume una cantidad excesiva de azúcares, será más probable que acabe desarrollando diabetes.
7. El cómo se siente uno no es una buena manera para determinar el nivel de azúcar en la sangre: Si una persona con diabetes se siente débil, puede ser que su nivel de azúcar esté por debajo de lo normal, pero también es posible que estos síntomas sean producidos por otra enfermedad, como una gripe, un catarro, etc.
También puede darse el caso de que una persona con diabetes tenga muchas ganas de orinar porque su nivel de glucosa es elevado, pero no hay que descartar que quizás sea una infección de orina la que esté produciendo este efecto. Cuanto más tiempo lleve una persona diagnosticada de diabetes, menos precisos se volverán los síntomas. La única manera de conocer con seguridad cuál es tu nivel de azúcar en sangre es llevando un riguroso control glucémico, siguiendo las pautas que hayan sido establecidas por tu equipo médico.
También puede darse el caso de que una persona con diabetes tenga muchas ganas de orinar porque su nivel de glucosa es elevado, pero no hay que descartar que quizás sea una infección de orina la que esté produciendo este efecto. Cuanto más tiempo lleve una persona diagnosticada de diabetes, menos precisos se volverán los síntomas. La única manera de conocer con seguridad cuál es tu nivel de azúcar en sangre es llevando un riguroso control glucémico, siguiendo las pautas que hayan sido establecidas por tu equipo médico.
8. Las personas con diabetes no pueden comer dulces: No hay ningún tipo de razón por la que personas con diabetes no puedan comer dulces como parte de su alimentación saludable. Los dulces en pequeñas proporciones o como un extra especial no deben representar ningún problema. La diabetes no significa que no se pueda comer un trozo de pastel, sino que se deberá vigilar el tamaño de la porción y con qué se acompaña. Así pues, es imprescindible que estos alimentos se incluyan en un plan de alimentación equilibrado, al igual que cualquier otro alimento que contenga carbohidratos.
9. Con diabetes se es más propenso a contraer gripe y resfriados: La diabetes no hace más vulnerable a la persona ante cualquier enfermedad común contagiosa. Sin embargo, contraer alguna de estas enfermedades sí que puede interferir en el correcto control de la diabetes, ya que los medicamentos que se utilizan para tratarlas pueden alterar los niveles de glucosa en sangre.
Por todo ello, es recomendable prepararse bien frente a la llegada del frío y tratar de prevenir la aparición de la gripe en la medida de lo posible: evitar cambios bruscos de temperatura, solicitar la vacuna contra esta enfermedad en el centro de salud, lavarse las manos con frecuencia, etc.
10. Si tienes diabetes tipo 2, tener que empezar a inyectarse insulina se debe a un mal autocontrol de la diabetes: Cuando se diagnostica la diabetes tipo 2 significa que el páncreas produce insulina que no funciona correctamente. En un inicio, el nivel de azúcar en la sangre suele ser controlado adecuadamente con la dieta, el ejercicio y, si el equipo médico lo indica, mediante la toma de medicación oral que ayude al cuerpo a absorber la glucosa.
Eventualmente, sin embargo, el páncreas puede dejar con el tiempo de producir suficiente insulina y llegados a este punto, el tratamiento farmacológico se ha de variar, comenzando a requerir la administración de insulina. Este cambio no está relacionado con el autocontrol previo que se haya llevado a cabo sino que es debido a la evolución propia que puede hacer la enfermedad.
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